miércoles, 17 de mayo de 2017

LÁGRIMAS HOLANDESAS

En el siglo XVII, el príncipe Rupert de Alemania regaló unas curiosas gotas de cristal al rey Carlos II de Inglaterra. La cabeza de la gota es tan resistente que puede soportar el impacto de un martillo, pero su cola es tan frágil que doblarla con los dedos hace que toda la estructura se desintegre instantáneamente en un polvo fino. Esas gotas —también llamadas lágrimas holandesas o esferas de Rupert— se hacen dejando caer manchas rojas de vidrio fundido en agua. Los científicos han intentado, durante cuatro siglos, entender las propiedades de esas estructuras. Srinivasan Chandrasekar, de la Universidad de Purdue (Indiana, EE UU) y Munawar Chaudhri, de la Universidad de Cambridge, utilizaron un polariscopio de transmisión —un tipo de microscopio que mide la doble refracción en un objeto transparente axisimétrico— para medir la tensión en el interior de las gotas. En el experimento, los investigadores suspendieron la esfera en un líquido claro y la iluminaron con un LED rojo. Usando el polariscopio, midieron el retardo óptico de la luz a medida que viajaban a través de la estructura de vidrio, y luego utilizaron los datos para analizar la distribución de las tensiones a lo largo de toda la gota. Los resultados, publicados en la revista Applied Physics Letters, mostraron que las cabezas de las gotas tienen una tensión de compresión de superficie mucho más alta de lo que se pensaba: 700 megapascales, casi 7.000 veces la presión atmosférica. Esa capa de compresión superficial es también delgada, aproximadamente el 10% del diámetro de la cabeza del objeto. Esos valores dan a las cabezas de las gotas una resistencia muy alta, según explican los científicos. Para romper una, es necesario crear una grieta que entre en la zona de tensión interior de la esfera. Dado que las grietas en la superficie tienden a crecer paralelas a esa superficie, no pueden entrar en dicha zona. La manera más fácil de romper una de esas estructuras es, entonces, presionar en la cola, generando una perturbación que permite que las grietas lleguen a la zona de tensión.
¿Los peces caminan fuera del agua?


Que un pez camine fuera del agua, nos puede parecer un tanto descabellado, pero esta teoría no es tan rara como nos puede parecer. Investigadores de la Universidad McGill de Canadá han criado en tierra un pez africano que les ha permitido observar los cambios anatómicos y de conducta similares a los ocurridos hace 400 millones de años, cuando se transformaron en tetrápodos y comenzaron a explorar la tierra.
El paso del agua a la tierra fue un acontecimiento clave en la evolución animal que tuvo lugar hace unos 400 millones de años, y ahora ha sido recreado en parte en un laboratorio. Biólogos expertos en este campo han criado peces sobre tierra durante ocho meses, y han descubierto que la experiencia favorece que los animales desarrollen un esqueleto mejor adaptado al acto de caminar.
"Solía estudiar las aletas y su movimiento, algo que me parecía muy complejo e interesante. Y de pronto pensé, ¿cómo cambia una aleta hasta convertirse en algo que pueda funcionar sobre el suelo? Así es como nació este proyecto", explica Emily Standen, investigadora en biomecánica evolutiva de la Universidad de McGill, en Canadá. Y estos se adaptaron al medio terrestre con una adaptación, este pez, puede caminar fuera del agua, ya que esta capacitado de pulmones, y unas pequeñas aletas pélvicas que le permiten caminar fuera del agua. Esto podría ser un eslabón clave de la evolución. Esta especie de pez se caracteriza por utilizar una serie de aletas pélvicas capaces de ejercer la fuerza suficiente como para levantarse del fondo del fango y caminar. En el caminar, el pez alterna movimientos de sus dos miembros hacia delante similar al de los tetrápodos, nunca antes se había demostrado que este pez utilizase sus aletas para caminar. Puede desplazarse con unas extremidades tan finas porque la gravedad es menos en el agua, a demás al ser pulmonado puede inspirar aire y aumentar su flotabilidad lo que ejerce menos presión en sus "patas". Este pez se desplaza fuera de sobrevivir fuera del agua mientras permanece húmedo por unos minutos fuera del agua, ya que puede respirar fuera del agua.

martes, 16 de mayo de 2017

NACIMIENTO DE VENUS|| Mito y realidad

NACIMIENTO DE VENUS (MITO)



    Urano, el firmamento estrellado, se casó con Gaia (o Gea), la Tierra. Y la fecundó, haciéndola madre de dioses.
Sin embargo, Urano odiaba a tal punto a sus propias criaturas, que las condenó a vivir encerradas bajo la Tierra, sin poder ver nunca la luz. Pero Gaia amaba a sus hijos y deseaba liberarlos de las profundas tinieblas.

    Un día, con su hijo Saturno, trazó un plan para liberarse de su pareja. El hijo aceptó la tarea y el arma –una hoz- ofrecidas por la madre.
Durante la noche, cuando Urano descendió para cubrir la Tierra, Saturno se aproximó y, de un solo golpe, le cortó las partes pudendas al padre y las arrojo al mar.
La sangre de Urano chorreo sobre la Tierra así nacieron las Erinias (las Furias) diosas de la venganza.
Lejos, en el mar, poco a poco va surgiendo una espuma, que nace de los órganos arrancados a Urano. Y de esa espuma brota Afrodita, la más bella entre las diosas, que emerge suavemente de las aguas.



 NACIMIENTO DE VENUS (REALIDAD)


    Lo que realmente se veía era una seres vivos llamados fitoplacton que flotan en la superficie del agua. Su importancia es fundamental dado que son los productores primarios más importantes en el océano. Es un ser vivo el cual es  bioluminiscentes, y sus luces se pueden ver en todos los océanos del mundo. Este brilla porque segrega una sustancia que emite luz y se degrada. Producen luz resultado de una reacción bioquímica en la que comúnmente interviene una enzima llamada luciferasa.