Cuando Nuria mando que teniamos que hacer una foto-trabajo, lo primero que pense fue en fotografiar alguna planta o flor, ya que siempre me ha llamado mucho la atención como de una simple semilla puede crecer una plnata y dar lugar a un fruto o a una bonita flor.
Con la llegada de la primavera, y gracias a que este invierno a sido bastante lluvioso, iba pasenado por mi campo, y me enconte un valle lleno de margaritas y corte unas cuantas, para regalarselas a mi madre.
La margarita, cuyo nombre científico es chrysanthemun leaucanthemum, puede medir desde 15 centímetros hasta un metro formando grandes matas. Sus tallos son largos y delgados, con hojas verde oscuro, largas y dentadas.
Sus bellas flores tienen su centro discoidal de color amarillo y pétalos blancos o amarillos.
Mi abuelo me dijo que la mejor época para sembrarlas es la primavera. Se deben regar después de sembrarlas y mantenerlas húmedas, sin excederse para no anegarlas.
La mejor tierra es la arcillosa, pero se adaptan a casi todo tipo de suelos con nutrientes. Si se abona se favorece su crecimiento y su floración con colores más intensos.
Generalmente florecen desde la primavera hasta principios del invierno.
A las margaritas les gusta la luz natural y es preferible colocarlas en un lugar bastante soleado.
Durante el invierno se protegen las raíces colocando hojas secas o paja en la base.
Hay una gran variedad de margaritas, aunque todas tengan una apariencia similar, en mi opinión, son unas plantas con gran colorido que adornan en primavera nuestros campos haciéndolos más vistosos.
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