NACIMIENTO DE VENUS (MITO)
Urano, el firmamento estrellado, se casó con Gaia (o Gea), la Tierra. Y la fecundó, haciéndola madre de dioses.
Sin embargo, Urano odiaba a tal punto a sus propias criaturas, que las condenó a vivir encerradas bajo la Tierra, sin poder ver nunca la luz. Pero Gaia amaba a sus hijos y deseaba liberarlos de las profundas tinieblas.
Un día, con su hijo Saturno, trazó un plan para liberarse de su pareja. El hijo aceptó la tarea y el arma –una hoz- ofrecidas por la madre.
Durante la noche, cuando Urano descendió para cubrir la Tierra, Saturno se aproximó y, de un solo golpe, le cortó las partes pudendas al padre y las arrojo al mar.
La sangre de Urano chorreo sobre la Tierra así nacieron las Erinias (las Furias) diosas de la venganza.
Lejos, en el mar, poco a poco va surgiendo una espuma, que nace de los órganos arrancados a Urano. Y de esa espuma brota Afrodita, la más bella entre las diosas, que emerge suavemente de las aguas.
NACIMIENTO DE VENUS (REALIDAD)
Lo que realmente se veía era una seres vivos llamados fitoplacton que flotan en la superficie del agua. Su
importancia es fundamental dado que son los productores primarios más
importantes en el océano. Es un ser vivo el cual es bioluminiscentes, y sus luces se pueden ver en
todos los océanos del mundo. Este brilla porque segrega una sustancia
que emite luz y se degrada. Producen luz resultado de una reacción bioquímica en la que comúnmente interviene una enzima llamada luciferasa.
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