Esta fotografía la tomé desde el autobús,
subiendo por la carretera que rodea el río Garona, el que sale en la imagen,
cuando nos dirigíamos hacia Baqueira. Pude contemplar una de las mejores panorámicas del valle,
presidido por los picos siempre nevados de las Maladetas y el Aneto.
La fuerte personalidad del Valle de Aran, que se ha mantenido hasta
nuestros días, se explica en gran parte por el carácter montañoso, el 30% del
cual supera los 2000 metros de altitud. Abetos, pinares, hayedos, praderías,
roquedos y multitud de arroyos forman una estampa que ofrece una amplia gama de
verdes en verano, desde los tonos esmeraldas, hasta los intensos y oscuros
matices del abetal. Tal paisaje, impacta mucho al visitante de las tierras
secas del sur, que ve en estos parajes una especie de paraíso húmedo y siempre
primaveral, muy al estilo de las montañas asturianas, pero con un aire mucho
más alpino y montañero.
El esquí y los deportes de nieve
tienen un extraordinario prestigio en el Valle de Aran, por su situación
geográfica que condiciona un clima más frío. Aparte del turismo de esquí el
Valle de Aran se está consolidando como un destino turístico durante todo el
año por su atractivo y belleza natural, actividades al aire libre y los
deportes de aventura (rafting, parapente…) han contribuido a ello.
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