Andrea Jaén Dominguez. 3ºA.
jueves, 19 de junio de 2014
Sierra de Grazalema.
Estas fotos las hice cuando iba a dar un paseo por la sierra de Grazalema con mi padre. Aquí podemos observar un paisaje bonito, también encontré la cabra montés:
La cabra montés o íbice ibérico (Capra pyrenaica)2 es una de las especies de bóvidos del género Capra que existen en Europa. La cabra montés cuenta con lobos, osos y águilas como depredadores naturales, pero éstos han desaparecido en los últimos tiempos de amplias zonas de su distribución. La caza de esta especie por parte del hombre se producía ya en la Prehistoria, primero a cargo del hombre de Neandertal y desde hace 40000-35000 años, por nuestra especie. Son abundantes sus restos en las cuevas paleolíticas y aparece representada con frecuencia en las pinturas rupestres de toda la Península Ibérica.
Con la introducción de la agricultura y el aumento de la población humana (y con ello, de la caza), su población desapareció de varias zonas y en otras menguó ostensiblemente. En tiempos recientes, el hecho de ser una especie única en el mundo, endémica de la Península, la convirtió en una cotizada especie de caza mayor. Se tiene constancia de la llegada expresa de cazadores procedentes de Francia y el Reino Unido durante los siglos XIX y XX, especialmente al Pirineo, buscando cazar algún ejemplar y conseguir un trofeo.
Hábitos
Esta especie se desenvuelve por igual de día y de noche, aunque sus máximas horas de actividad se localizan por la mañana y a finales de la tarde, cerca del crepúsculo. En invierno desarrollan su actividad en las horas centrales del día, que es cuando hace más calor.
Son animales sociables, pero cambian a menudo de manada. Ésta puede estar constituida por machos adultos, hembras con sus crías o adolescentes de ambos sexos (en este último caso, sólo durante el verano). Los machos y las hembras adultas se reúnen en la época de celo, en los meses de noviembre y diciembre -caracterizados por los violentos combates cabeza contra cabeza de los machos. La inversión en masa testicular es un factor muy importante en los procesos de selección sexual. En el íbice ibérico esta inversión es mayor durante la temporada de celo, especialmente en edades en las que los individuos son subordinados que optan por una estrategia reproductiva de persecución y no de monopolización de la hembra.7 Las crías (una por parto) nacen en mayo.
Habitan tanto en bosques como en extensiones herbáceas, en cotas montañosas de entre 500 y 2500 metros de altura. La dieta es predominantemente herbácea, aunque en invierno se torna más arbustiva. Si es necesario, excavan en la nieve para acceder hasta la vegetación.
SENDERO SEÑALIZADO LOS LLANOS DEL LÍBAr
Pese a su distancia, se trata de un trayecto de baja dificultad y ligeramente descendente, que discurre entre las poblaciones de Montejaque y Cortes de la Frontera. Transcurre por los Llanos de Líbar, que son unas planicies encajonadas entre diversas sierras calcáreas. Los elementos más representativos del modelado kárstico, como poljes, simas, lapiaces y dolinas, junto a los aprovechamientos ganaderos de alta montaña -como los de la ganadería retinta- son los principales valores ambientales y culturales de este itinerario. Prueba de este aprovechamiento son las estructuras que encontramos durante el recorrido: cercados, vallas, cancelas y abrevaderos.
Ya cerca del Cortijo de Libar, llama la atención las encinas y quejigos centenarios que allí se encuentran. Al final del sendero se llega a la fuente de Líbar, fuente refugio de muchos anfibios y bebedero de la avifauna de la sierra.
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